El ejercicio del liderazgo educativo, es altamente complejo ya que el líder en primer lugar debe estar validado entre sus pares y lograr entusiasmar a que toda la organización navegue en el mismo sentido.
El liderazgo topa con barreras propias que impiden o dificultan los cambios que requiere nuestro sistema educativo para avanzar hacia una educación de calidad y equidad, entre lo que se puede mencionar la cultura escolar, y que en nuestro país tiene características bien particulares.
El director y el líder de cualquier organización debe generar condiciones para el cambio y llevar que a todos los miembros de la organización compartan la visión y los valores de la organización y promover la corresponsabilidad, “todos somos responsable en algún grado de la gestión”.
Además, en Chile, se requiere dar un paso más allá que profesionalizar el cargo de directores y formar capacidades para el liderazgo que puedan liderar una gestión educativa de calidad y propiciar el mejoramiento de los resultados educativos, específicamente en las escuelas más pobres de este país.
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